Entrevistamos a Emiliano Becerril, la cabeza visible de una editorial independiente, dispuesta a proveer de libros que de otra manera se extrañarían. Por ejemplo, ese genio –ex secreto mejor guardado de Argentina-, Juan José Saer o describir al anfibio más sobresaliente del mundo –ahora en vía de extinción-, el ajolote.
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Soy Emiliano Becerril y se planta con su cadena de libros, el auto sobrecargado y salir a buscar las devoluciones librería por librería…¿tanto amor por los libros? ¿cómo comenzó a trabajar en esto?
Comienza a decir los libros y un hilo de baba recorre el rostro: Juan José Saer (1937-2005), con El entenado y El limonero real, dos libros magníficos del autor argentino, ya fallecido, antes secreto mejor guardado de su zona de origen, Rosario, pero hoy –gracias entre otros a Ricardo Piglia- un autor consagrado.
Un ensayo que dice: Kafka, Defoe y Dostoeivski en la escritura de J.M.Coetzee, escrito por Diego Sheinbaum, nacido en Ciudad de México en 1974 y que asegura que el escritor sudafricano, Premio Nobel 2003, “combina el desarrollo creativo con la más sofisticada disección crítica, que retoma la herencia modernista y la disuelve en formas ideológicas menos miopes: un maestro de la parodia que escribe, no obstante, narraciones austeras, a menudo silenciosas, incluso, para algunos, depresivas; un mago de la ilusión realista tan propenso a desnudar el proceso creativo como a vestir a sus ficciones con estilos de otras épocas y de otros escritores”.
¿Un libro de cuentos del director de cine Takeshi Kitano, titulado Niño? Leemos la crítica de Olmo Balám Juárez en Correo del Libro: “Takeshi Kitano es una de las glorias nacionales de Japón: director de cine, comediante de stand up, cantante, actor, presentador, guionista, pintor y también diseñador de videojuegos de aventuras. Es más conocido de este lado del Océano Pacífico por su carrera como cineasta –se le comparó alguna vez con Akira Kurosawa– especializado en retratar a la mafia de los Yakusza en películas como Fireworks, Hana-Bi, Sonatine y Brother”, dice el analista.
“Pero este libro, entre los cincuenta que ha publicado, contrasta con esa carrera estelar y rimbombante. Shōnen, como se llama en japonés, reúne tres relatos íntimos y contemplativos sobre, como ya se adivina, la infancia. “El campeón del quimono enguatado”, “Nido de estrellas” y “Okamesan” narran las historias de niños que pasan por momentos culminantes, al borde de la madurez. Niños que son hermanos, alumnos en la escuela, inmigrantes a nuevas ciudades, deportistas en ciernes y también víctimas. Yoko Ogihara y Fernando Cordobés tradujeron a cuatro manos estos relatos, y el epílogo donde habla Kitano, en un español transparente a través del cual podemos dar un vistazo a la cultura del Japón contemporáneo. Lejos de la nostalgia que suele cubrir este tipo de relatos, pues Takeshi Kitano sigue siendo un niño y porque “escribir no es más que revivir episodios de la infancia”, estos recuerdos hechos literatura son un examen sobre la existencia y la aventura de ser humanos”.
Un trabajo impresionante: Con tinta en la boca, que Emiliano Becerril explica como el libro que explica la imagen en el surgimiento del Subcomandante Marcos. Se trata de un libro de Anna Susi (italiana), Doctora por el Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la U.N.A.M. con una tesis intitulada “Fotografía y guerrilla en América Latina. Antonio Turok y la construcción del Subcomandante Marcos”, que es de dónde salió el libro de Elefanta.
Jaime Bunda: Agente secreto, de Pepetela, es el libro que encaminó a Emiliano Becerril a fundar Elefanta. Hoy está traducido y podemos conocer a este autor angoleño, llamado Mauricio Pestana dos Satos, que nació en 1941 y recibió, entre otros premios, el Camões (el más importante en lengua portuguesa).
Emiliano va a tener pronto una librería de día, en el restaurante El Bucardón, que también es suyo. “La librería estará en la Colonia Juárez, con una buena oferta, de editoriales latinoamericanas, tratar de volverlo un espacio donde pasen cosas”, dice.
“La editorial Elefanta vino sobre todo a partir de mi conocimiento de la literatura africana, donde empecé a leer a autores increíbles que no eran muy conocidos en México. Decidí lanzarme al ruedo y ahora tengo varias colecciones, todas por continente”, cuenta Becerril.
“Tengo la novela Ciudad de Dios, de Paulo Lins, que tiene una cercanía lingüística con las favelas”, anuncia.
Elefanta es una editorial mexicana abocada a los libros de ensayo, narrativa, arte, poesía y divulgación. Su nombre hace alusión al viento Elefanta, que con su entrada clausura el monzón y da fertilidad al territorio que sobrevuela. Los vientos son constantes pero sutiles, y han vinculado al mundo; lo hicieron cuando conectaron los continentes impulsando las velas de los aventureros que los exploraron: ése es el espíritu de Elefanta.
Editorial Elefanta está en pocas librerías, pronto va a empezar a manejarse digitalmente, pero sus libros están en México. Sólo hay que buscarlos.